viernes, 22 de mayo de 2015

Pedofilia literaria en el país de los cíclopes

Hace unas semanas se publicó en el matutino Dagens Nyheter (DN) de Suecia un artículo sobre literatura que me pareció muy interesante; tanto, que inmediatamente lo compartí en Facebook con el comentario "el artículo sobre literatura más interesante que he leído en los últimos tiempos". Se trataba de un texto en el que la conocida catedrática feminista sueca Ebba Witt-Brattström comentaba la "pedofilia literaria" que aparece representada en los textos de dos celebrados escritores modernos de Escandinavia: el dramaturgo, poeta y narrador sueco Stig Larsson (que no hay que confundir con el también sueco Stieg Larsson) y el novelista noruego residente en Suecia Karl Ove Knausgård, que es internacionalmente conocido por su saga de 6 novelas autobiográficas denominada "Mi lucha".

Tanto Larsson como Knausgård describen en algún libro las relaciones sexuales de un hombre adulto con una muchacha de 13 años. En el caso de Knausgård, que fue profesor en una escuela y le gusta la autoficción y escribir cosas autobiográficas, la historia trata de un profesor que se enamora de su alumna. Witt-Brattström se pregunta en el artículo por qué nadie ha criticado dichas representaciones, sino que todos los críticos se dedican solamente a alabar a estos autores, y llega a la conclusión de que la cultura en Suecia está dominada por hombres ("el hombre de la cultura"), que no ven esa pedofilia literaria como algo problemático.

Por mi parte, estoy bastante de acuerdo con Witt-Brattström, y cuando dije que su texto era interesante ya me esperaba que este iba a ocasionar algún debate. Knausgård ha vendido una gran cantidad de libros y tiene muchos admiradores, por lo que era de esperarse que el texto de Witt-Brattström despertara una tormenta. Pero el primero que se tiró al agua fue un crítico masculino que optó por defender el derecho de los escritores a escribir lo que quieran. Witt-Brattström le contestó de una forma en realidad bastante agresiva, utilizando su "autoridad" como catedrática para deslegitimar lo que él había dicho. El joven crítico respondió; pero hasta ahí llegó su protagonismo.

El siguiente round fue protagonizado por el mismo Knausgård, quien en un largo artículo (que ya se vendió a varios periódicos) llamó a Suecia "el país de los cíclopes", pues considera que aquí no se pueden decir ciertas cosas, y que si alguien lo hace los cíclopes le tiran piedras. En su texto, Knausgård se queja de que sus hijas pronto puedan preguntarle qué significa "pedófilo" y que qué tiene que ver eso con él. El problema es que además alcanzó a defender la existencia del partido de extrema derecha "Los Demócratas de Suecia", que muchos consideran nazi. Por supuesto, eso despertó la crítica de varias personas, de las cuales la más distribuida en los medios sociales ha sido la del escritor Jonas Gardell, que además de novelista es conocido por su identidad de homosexual y su carrera de cómico.

Después han aparecido otros artículos, de gente que quiere opinar al respecto, ya sea en defensa de los cíclopes o en defensa de la pedofilia literaria. Algunos aprovechan su espacio para señalar que no hay que confundir la ficción con la realidad, como si la catedrática de literatura Witt-Brattström y todos los involucrados en el debate no lo supieran.

Fuentes: DN, Expressen.


domingo, 10 de mayo de 2015

Bastantes personas dependen de la ayuda social

La ayuda social en Suecia está reglamentada por la Ley de Servicio Social y los fondos son administrados por cada comuna. En realidad, desde hace un tiempo esta prestación del sistema de seguridad social sueco no se llama "ayuda social", sino "apoyo de manutención", que a su vez es parte de los subsidios denominados en general "apoyo económico". No obstante, parece ser que muchos ciudadanos aún la llaman "ayuda social", tal vez por tradición.

En pocas palabras, el "apoyo económico" es dinero que los ciudadanos pueden solicitar de la comuna para su manutención o la de su familia, bajo la condición de que el o la solicitante no pueda suplir esas necesidades de otra forma. Teóricamente, debe ser una situación momentánea, no algo permanente. Por ejemplo, alguien que se haya quedado sin trabajo y no esté asegurado. Se supone que la ayuda le servirá para pagar el alquiler, comprar una tarjeta para poder movilizarse en el transporte público y comer cierto tiempo, tras lo cual las autoridades seguramente le exigirán que demuestre que ha estado buscando trabajo. Sin embargo, está claro que muchas personas dependen por largos períodos de esa entrada económica para vivir una vida normal. Si bien la tendencia es que cada vez menos familias reciben apoyo económico, entre las que sí reciben, hay muchas que han quedado virtualmente "atrapadas" en la dependencia.

En Estocolmo, las familias que obtuvieron apoyo económico en 2014 lo hicieron durante un tiempo promedio de 7,3 meses; pero la cifra es alta porque de esas casi 16,000 familias el 43 % recibió apoyo entre 10 y 12 meses. El monto de la ayuda económica mensual por familia fue en promedio de unas 8,000 coronas (900 dólares). Y el 85% de todo el dinero que la comuna entregó a los ciudadanos como apoyo económico fue destinado a "apoyo de manutención" o "ayuda social". La mitad de los que recibieron estas ayudas fueron personas nacidas fuera de Suecia, algo que no es de extrañar, pues por diversas razones muchos inmigrantes aún no se han podido integrar al mercado laboral del país.

Fuentes: Socialstyrelsen, Göteborgs stad, Stockholms stad, DN.