sábado, 13 de febrero de 2016

El caso Assange: de Wikileaks a los condones

La historia del periodista, hacker y activista australiano Julian Assange es bastante conocida internacionalmente y debe aparecer con detalles en una buena cantidad de libros, revistas y documentales. Como sabemos, Assange fue el fundador de Wikileaks, un sitio web a través del cual se hicieron públicos muchos documentos oficiales que mostraron partes oscuras de grupos poderosos del mundo, entre ellos, el gobierno de Estados Unidos. Fue así que se supo sobre los serios atropellos que los militares norteamericanos habían cometido contra civiles en Afganistán e Irak. Assange era un joven blanco, bien parecido y cara de niño. Su trabajo, su valor y su apariencia lo convirtieron de inmediato en una estrella. Muchas personas en el mundo lo admiran o sienten simpatías por él; al tiempo que las autoridades de Estados Unidos, que lo consideran un espía, quisieran verlo por lo menos en la cárcel.

Julian Assange vino a dar una charla a Suecia en 2010. Y ahí cambió toda la historia. Tuvo relaciones amorosas con dos mujeres, una de ellas organizadora de la mencionada charla, y terminó siendo acusado de ofensas sexuales y violación. Desde 2012, ha estado refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, pues teme que si se presenta ante las autoridades suecas estas lo pongan en manos de las norteamericanas. Y a decir verdad, el temor no es del todo infundado, pues ya han sucedido casos similares. Algunos creen que en Estados Unidos incluso le podrían aplicar la pena de muerte.

En Suecia, la opinión pública está bastante dividida al respecto. Muchos consideran a Julian Assange un héroe y algunos hasta acusan a las dos mujeres suecas de colaborar con la CIA. Pero también están los que consideran al australiano culpable de violación. La fiscal a cargo del caso no ha querido ir a Londres a interrogarlo, ni ha querido utilizar Skype para ese fin, sino que insiste en que él debe venir aquí. Por su parte, las autoridades británicas han dicho que si sale de la Embajada lo capturarán y lo enviarán a Suecia. Así han pasado casi cuatro años y las piezas no se han movido.

Mientras tanto, ha empezado a circular en la redes sociales el documento donde aparecen las querellas de las dos mujeres. Al leerlo, queda claro que ambas se acostaron con Assange de forma voluntaria. La que participó en la organización de la charla le prestó su apartamento, mientras ella andaba de viaje, pero regresó un día antes de lo que había dicho. Esa misma noche compartió la cama con el famoso activista. La otra joven es una especie de groupie, que fue a la charla de Assange e hizo todo lo posible para quedarse con él hasta el final del evento. Dos días después, lo invitó a su casa y terminaron también haciendo el amor.

Lo que Julian Assange y sus amantes hicieron en la intimidad es algo que solo a ellos debería importarles. Sin embargo, la acusación que ellas hicieron después puede ser interesante para el público en general, pues fue lo que puso freno al importante trabajo de investigación y difusión que el periodista había estado realizando. Partiendo de lo que dice en las querellas, parece ser que su verdadero crimen fue que se las ingenió para no usar condón al hacer el amor con las dos mujeres, a pesar de que ellas habían dicho que querían tener sexo seguro. Una lo acusa de haber roto un condón en medio del acto sexual, mientras que la otra asegura que él la penetró, sin condón, mientras ella dormía. Las mujeres estaban en comunicación desde el día en que se conocieron en la charla. Cuando supieron que Julian había estado con las dos, sin usar condón, fueron juntas a la policía para ver si la policía podía obligarlo a hacerse un examen para determinar si tenía sida. Por alguna razón, todo cambió y mejor decidieron acusarlo de violación.

Algunas de las personas que se interesan por el caso opinan que no se trata de violación, pues nunca hubo violencia y las dos mujeres estuvieron de acuerdo en acostarse con el ahora acusado. No obstante, también hay grupos que consideran que Assange debe ser procesado por el delito de violación. Se supone que la justicia tendrá la última palabra. De lo que podemos estar seguros es de que el debate sobre Wikileaks, por lo menos en Suecia, se ha convertido en un debate sobre condones.

Fuentes: Paragraf, BBC News.