El futbolista más exitoso en la historia del fútbol sueco es Zlatan Ibrahimović. Al escuchar esta aseveración, ciertos aficionados empezarán de inmediato a buscar en su cabeza otros nombres de futbolistas suecos, para tratar de negar lo que estoy diciendo. Soy consciente de que a algunas personas simplemente les cae mal Zlatan, sobre todo porque lo consideran arrogante (y otros porque son racistas). Pero eso no tiene nada que ver con los grandes logros de su carrera.
Zlatan, como lo conocemos en Suecia, o Ibra, como le dicen en Italia y otros países, nació en un barrio de inmigrantes en la sureña ciudad de Malmö. Sus padres llegaron de la desaparecida Yugoslavia, pero él es, como he dicho, sueco de nacimiento. Sin embargo, a los ojos de algunos suecos rubios, Zlatan es de todas formas algo así como inmigrante. Y quizá él tampoco se sienta sueco del todo. Siempre me llamó la atención que cuando jugaba con la selección nacional no cantaba el himno antes de los partidos.
Su madre trabajaba haciendo limpieza y su padre también era de extracción obrera. La pareja se separó y al niño Zlatan le tocó vivir un tiempo por aquí y otro por allá. En el libro Jag är Zlatan Ibrahimović, donde cuenta su historia al escritor David Lagercrantz, el ahora famoso futbolista describe cómo en el apartamento de su padre no había comida. Lo que sí había eran latas de cerveza y música yugoslava. Fue una niñez dura. Y las perspectivas para ese niño de pelo negro eran pocas.
La pasión de Zlatan fue desde temprano el fútbol. Eso fue lo que seguramente lo salvó de una carrera en el bajo mundo. Cuenta que robaba bicicletas y que no le iba bien en la escuela. Pero como quería ser futbolista y entrenaba bastante, nunca fue aficionado a las drogas ni al alcohol. Pasaba horas y horas en la calle copiando las fintas del brasileño Ronaldo, quien era su ídolo. De los futbolistas suecos no sabía casi nada.
Como muchos niños en Suecia, Zlatan era miembro de un equipo infantil. Pero era el único pobretón que llegaba del barrio de inmigrantes. Ya entonces era bueno para dominar el balón y hacer goles. Era un individualista, como Ronaldo y muchos delanteros famosos. Los padres de los otros niños empezaron a criticar a ese muchachito que driblaba demasiado y no pasaba la pelota. Llegaron incluso a firmar una lista donde le pedían a los encargados del equipo que lo echaran. Eso no lo olvida Zlatan Ibrahimović, ni lo olvidará jamás.
Otra cosa que lo ha marcado negativamente fue la corta temporada que jugó en el Barcelona. Para ese entonces, ya era una celebridad. Después de mostrar en el equipo de primera división Malmö FF que no era un jugador cualquiera, fue contratado por el Ajax de Holanda. Aún no había cumplido los veinte años y ya había debutado además en la selección nacional. Con el Ajax ganó la liga holandesa en dos ocasiones. De ahí pasó al Juventus de Italia, donde ganó el scudetto (el campeonato) dos veces. Dice estar agradecido por lo que aprendió con el entrenador Fabio Capello. Luego fue comprado por el Inter, donde ganó el scudetto tres veces. En este club estuvo un tiempo bajo la tutela de José Mourinho, por quien siente mucha estima y admiración.
Después de haber ganado títulos con esos reconocidos equipos y haber anotado una buena cantidad de goles, algunos de ellos espectaculares, fue que llegó al Barcelona, cumpliendo así uno de sus sueños dorados. Con el Barça ganó también La Liga. No obstante, ahí se encontró con el entrenador Pep Guardiola. Según cuenta Zlatan en su libro, "el filósofo" le hizo la vida imposible.
A Guardiola no le gustaba el temperamento del sueco. El Barcelona era como una escuela y todos los jugadores obedecían al entrenador. Muchos habían comenzado a jugar ahí desde niños y, aunque ahora eran estrellas, no podían dejar de comportarse bien. Y ahí había caído este sueco de barriada, que gritaba y se enojaba. No hay que olvidar que ya venía también del duro ambiente italiano. Al final, Guardiola no le hablaba, y si Zlatan entraba en un local donde él estaba, el entrenador se salía. Fue en otras palabras un caso de "mobbing", un ataque psicológico que no se le puede desear a nadie. Zlatan se sintió de nuevo como la oveja negra, el que no encajaba en el grupo por ser diferente.
Finalmente, Zlatan fue vendido en oferta al Milán de Italia, donde fue a ganar otra vez el scudetto. Después pasó al Paris Saint-Germain de Francia. Recuerdo que cuando lo entrevistaron en la televisión al llegar a París dijo que había llegado a ganar. A mí me pareció un poco aventurado y hasta pretencioso decir eso. Pero ganó cuatro veces la liga francesa. Y de ahí pasó al Manchester United y luego a Los Angeles Galaxy.
Zlatan ha ganado campeonatos y trofeos con casi todos los equipos donde ha jugado y ha obtenido un montón de premios en su carrera. Todo lo que hizo por la selección nacional de Suecia, no hace falta mencionarlo. Es el jugador que más goles ha marcado defendiendo la camiseta de la selección.
Cuando escribo esto, Zlatan Ibrahimović está de nuevo jugando con el Milán de Italia. Está por cumplir 39 años y sigue haciendo goles. Su historia parece un sueño, el sueño de un empecinado niño hijo de inmigrantes.
Fuente: Jag är Zlatan Ibrahimović: Min historia (2011)