domingo, 26 de diciembre de 2021

La primera primera ministra de Suecia

Suecia es una monarquía constitucional. Eso significa que hay un rey y una ley de sucesión. Sin embargo, el rey no tiene poder, y sus funciones como jefe de estado se limitan a cuestiones decorativas (ceremonias, banquetes, visitas a otros países, etc.). El verdadero poder en el país está en manos del parlamento, que está integrado por 349 diputados que representan a un puñado de partidos políticos.

Aquí hay elecciones parlamentarias cada cuatro años. Según el resultado de esas elecciones, el presidente del parlamento propone como primer ministro (jefe de gobierno) al líder de uno de los partidos. Si el parlamento aprueba la propuesta, el primer ministro puede formar su gobierno nombrando a sus ministros. El proceso de proponer primer ministro también se hace si el que está en funciones pierde el apoyo de la mayoría en el parlamento o deja su puesto.

En los últimos años, la situación parlamentaria sueca ha sido bastante turbulenta, y no vale la pena explicar los detalles. No obstante, el problema se podría resumir de esta forma: El partido más grande no tiene mayoría absoluta en el parlamento y, por lo tanto, debe formar alianzas.

El partido más grande ha sido tradicionalmente el Partido Socialdemócrata (centroizquierda). Los socialdemócratas han colaborado antes con el Partido de Izquierda (ex Partido Comunista) y con el Partido del Medio Ambiente (centroizquierda), pero últimamente lo han hecho también con el Partido Liberal y el Partido del Centro. Estos dos partidos son de derecha o centroderecha y no toleran que el Partido de Izquierda tenga influencia en las decisiones del gobierno. Para no pelear con estos aliados, el Partido Socialdemócrata tomó la decisión de dejar fuera del juego al Partido de Izquierda.

Al otro lado del espectro político está el segundo partido más grande de Suecia, que es el Partido Moderado (derecha). Los moderados suelen colaborar con el Partido Liberal, el Partido del Centro y el Partido Demócrata Cristiano. Este es el tradicional bloque de derecha. Pero ahora se ha sumado el relativamente nuevo partido Demócratas de Suecia, conocido por ser xenófobo y populista. En estos momentos es el tercer partido más grande de Suecia. El Partido del Centro no quiere tenerlo como compañero y por ello ha optado por colaborar mejor con los socialdemócratas.

Como dije al principio, la situación es turbulenta y complicada. Algunos la catalogan de caótica, sobre todo si no tienen claras sus propias simpatías o ignoran lo que cada partido persigue. En general, se puede decir que los que están a la izquierda quieren recaudar más impuestos e invertir en el sector público, mientras que los de la derecha quieren bajar los impuestos y apoyar a la empresa privada. Como hay una verdadera democracia, los electores deciden en las urnas.

En todo caso, lo más importante este año ha sido la elección de Magdalena Andersson como líder del Partido Socialdemócrata y como primera ministra de Suecia, tras la dimisión de Stefan Löfven. Ella era la ministra de economía del gobierno anterior y como tal demostró que sabe hacer bien las cosas. Se dice que es franca y buena para negociar, un poco más inclinada a la izquierda que a la derecha. También se sabe que le gusta salir a correr, por lo que sus guadaespaldas tendrán que sudar.

Magdalena Andersson es la primera mujer en la historia de Suecia en ser elegida jefa de gobierno, lo cual despierta simpatías en gran parte de la población. La democracia sueca cumplió 100 años en 2021, pues fue en 1921 cuando las mujeres suecas ganaron su derecho al sufragio (todos los hombres podían votar desde 1909). Ha pasado un siglo. Ya era hora de que una mujer tomara las riendas del país.