Una de las cosas que diferencian a Suecia, Noruega y Finlandia de otros países es el monopolio estatal de la venta de alcohol. Por supuesto, uno puede comprar vino, cerveza o aguardiente en bares y restaurantes, pero no puede hacerlo en tiendas comunes y supermercados. En Suecia, la empresa estatal que vende el alcohol, el Systembolaget, tiene más de 400 tiendas. Aunque pueda parecer irónico, la finalidad del monopolio es disminuir los problemas relacionados con el alcohol. Por ejemplo, no se le vende a menores de 20 años. Si la persona que está en la caja duda de la edad del cliente, de inmediato le pedirá que muestre su identificación. Otra medida es que entre semana cierran a las 7 de la noche, el sábado lo hacen temprano por la tarde y no abren los domingos. También es bueno señalar que la empresa no le hace propaganda al alcohol ni trata de inducir al cliente a comprar.
Quizá haya personas que critiquen este monopolio, pero creo que la gran mayoría lo acepta y entiende muy bien los beneficios. Una de las cosas positivas es que el Systembolaget, que es grande y está muy bien surtido, asegura la calidad y la variedad. El cliente puede escoger entre una gran cantidad de bebidas, tanto suecas como extranjeras. Por ejemplo, el 10% del vino tinto que se vende en las tiendas es ecológico. Y el personal está capacitado, por lo que te pueden aconsejar sobre qué vino queda bien con tal comida, o brindarte otro tipo de información sobre diferentes productos.
Cabe recordar que el mencionado monopolio es de la venta de alcohol, no de la producción. En ese sentido, el Systembolaget parece casi lo contrario de un monopolio, pues no vende solo ciertos productos, sino que se encarga de que haya variedad. En otros países hay monopolios o semimonopolios, por ejemplo, de la producción de cerveza. Hay una empresa que fabrica esa marca que la gente por lo general ve como "la cerveza nacional". En Suecia hay varias empresas grandes que fabrican cerveza, pero ninguna acapara el mercado. De hecho, una de las tendencias actuales en el mundo de las bebidas aquí es que la cantidad de microcervecerías crece como la espuma.
A finales del siglo XIX había en Suecia unas 500 cervecerías, con lo cual me refiero a empresas que fabrican cerveza, no a bares donde la venden. Debido a diversos factores, a comienzos de los años noventa del siglo pasado, solo quedaban unas 20 compañías cerveceras. Pero en los últimos años ha crecido tanto el interés por cervezas más sofisticadas que en estos momentos hay 224 cervecerías. La gran mayoría de estas nuevas empresas, sino todas, son de las llamadas "microcervecerías". Lo que las define como tales es que son pequeñas y no producen en grandes cantidades, por lo que comúnmente se dice que hacen "cerveza artesanal". Pero lo que no ofrecen en cantidad, lo ofrecen en calidad y sabor.
Ahora hay microcervecerías a lo largo y ancho del país. Solo en Estocolmo hay 40. Y en el occidente del país, donde se encuentra la ciudad de Gotemburgo, hay 35. Como cada microcervecería produce varios tipos de cerveza, se entiende que se trata de una enorme variedad de sabores y otras cualidades. En el Systembolaget se encuentran estas cervezas, pero en algunas tiendas a veces venden sobre todo las marcas locales. Así es que si te interesa la cata de cerveza, tienes mucho por hacer.
Fuentes: Sveriges bryggerier, Sveriges mikrobryggerier, Systembolaget, Tidningen Hisingen.
Este blog está dedicado a cuestiones de Suecia que por alguna razón llaman mi atención. Pueden ser temas políticos, algún suceso extraordinario, aspectos culturales o incluso algo cómico.
domingo, 17 de abril de 2016
Las microcervecerías y el monopolio del alcohol
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