La historia siguió así: La policía, después de una exhaustiva investigación, detuvo a ocho personas, que fueron acusadas. El primer problema que surgió fue que la mayoría eran menores de edad. Según Annete Arveståhl, jueza titular del Juzgado de Gotemburgo, cuando un hechor tiene menos de 18 años debe haber causas muy especiales para mandarlo a la cárcel, y si tiene entre 18 y 20 "les acostumbramos dar una rebaja en la pena". Dos de los acusados eran mayores de edad en el momento del crimen, pero las autoridades no han podido comprobar si fueron precisamente ellos quienes dispararon, puesto que las dos personas que entraron disparando esa noche en el restaurante iban enmascarados. Finalmente, los ocho jóvenes han sido condenados, dos a cadena perpetua y los demás a penas de hasta 14 años. Pero es probable que el fallo sea apelado.
Lo que me parece interesante de este caso ahora es el dato de lo que ha costado hasta el momento el proceso judicial. Los tres fiscales han costado más de 3 millones de coronas. Los ocho abogados, uno para defender a cada muchachito, costaron casi 17 millones de coronas. Por el trabajo de la policía, la cuenta asciende a casi 18 millones de coronas. Todo esto, más otros gastos, suman poco más de 54 millones de coronas (más de 5 millones y medio de dólares). Naturalmente, estos procesos deben llevarse a cabo independientemente de lo cuesten, pero los datos económicos no dejan por ello de ser interesantes.
Fuentes: GP, GT, SVT Nyheter Väst (18/11 2016)
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