El 1 de julio de 2017 entrará en vigor en Suecia la nueva ley de nombres, que sustituirá a la criticada ley que ha estado vigente por más de 30 años. Uno de los problemas que se pretende resolver con esta medida es el que acarrea el denominado "nombre de en medio". Sucede que en Suecia ha habido tres tipos de nombre: 1) nombre, 2) nombre de en medio y 3) apellido. El nombre y el apellido son los fundamentales para identificarse oficialmente.
Pongamos como ejemplo a "Sofia Persson", una muchacha que lleva el apellido de su padre Johan Persson. Para identificarla en cualquier registro bastará entonces con "Sofia Persson" (además del número personal, que en definitiva es lo que vale en Suecia).
Por su parte, el nombre de en medio puede servir para mostrar afinidad con el apellido del otro progenitor. Como la mamá de Sofia se llama Katarina Johansson, los padres deciden meter ese apellido entre el nombre y el apellido de su hija: "Sofia Johansson Persson". Pero ese nombre de en medio también puede servir para mostrar un apellido que uno tenía antes. Digamos que Katarina decide tomar el apellido de su esposo. Como no quiere renunciar completamente a la identidad que tenía con su anterior nombre, se pone: "Katarina Johansson Persson".
Aunque el sistema parece sencillo, muchos se confunden con este nombre de en medio. Uno que otro creería que Katarina y Sofia son hermanas, a juzgar por "los apellidos". Además, hay que tomar en cuenta que en Suecia hay muchísimas personas con nombres y apellidos extranjeros, que al registrarse oficialmente y al registrar a sus hijos tienen que pensar bien en todo esto.
Otro de los cambios que traerá la nueva ley es que ahora será más fácil escoger apellido. Nadie recibirá el apellido de forma automática. Si la madre de un recién nacido se llama Sofia Johansson Persson y el padre se llama Tobias Holm Persson (porque cuando se casó con Sofia tomó su apellido), no hay nada que diga que el apellido del niño deba ser Persson. Los padres podrán escoger otro de sus apellidos, ponerle dos apellidos o incluso construir un apellido basado en el nombre de alguno de ellos. El niño podrá entonces llamarse, por ejemplo, "Jesper Johannson", o bien "Jesper Holm", o quizá "Jesper Tobiasson (que significa "hijo de Tobias") o "Jesper Sofiasdotter" (que significa "hija de Sofia").
Con la nueva ley, además de que ya no existirá el nombre de en medio y de que será más fácil escoger apellido, también será posible cambiarse de nombre y apellido las veces que uno quiera. O sea que este Jesper Sofiasdotter, quizá algún día se cambie el nombre a "Johan Johansson", y un par de meses después salga con que ahora se llama "Peter Holm". La abuela Katarina habrá quizá cambiado ya su nombre a "Catarina" (porque ahora vive en la soleada España). Y Sofia se habrá divorciado y ahora se llamará "Sophie Lindqvist".
Lo que sí parece bastante seguro con respecto a los cambios de nombre es que Jesper no pedirá cambiar su nombre por el de "Mohammad". Por lo menos, no si anda buscando trabajo o vivienda en Suecia. Porque según varios estudios, el nombre tiene relación directa con las posibilidades de conseguir empleo y apartamento. A la oficina de registros PRV (Patent- och registreringsverket) llega, en promedio, una solicitud de cambio de nombre al día. Y la lista de las solicitudes que han sido enviadas hasta el momento en 2017, muestra que uno de cada seis solicitantes tiene un nombre extranjero que quiere cambiar por otro que suene sueco u occidental.
En estos momentos, Suecia es el país europeo con menor índice de desempleo. No obstante, mientras la cifra de desempleo de los nacidos en Suecia es de 4%, la de los extranjeros residentes llega al 22%. Por eso, muchos creen que es más fácil encontrar trabajo si se cambian el nombre, aunque con ello quizá pierdan parte de su identidad. En el periódico DN (6/3 2017) entrevistan a dos personas que hasta hace poco se llamaban Mohammad. Ahora uno de ellos es Sebastian y el otro se llama Niklas.
Fuentes: DN, Regerinskansliet, Skatteverket.
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