Según la policía de seguridad de Suecia, por lo menos 130 ciudadanos suecos han viajado a Siria para ingresar a las filas de la organización armada Estado Islámico. Se trata de jóvenes musulmanes, hombres y mujeres, sobre todo de Gotemburgo y Estocolmo, que han decidido dejar la relativa tranquilidad del país para sumarse a los violentos esfuerzos del Estado Islámico por establecer un califato en Siria e Irak. Treinta de ellos han muerto en combate y unos cuarenta han regresado a Suecia.
Las autoridades no parecen tener una estrategia efectiva para detener el flujo de combatientes hacia una organización que se ha caracterizado por sus métodos extremadamente brutales. La representante del gobierno Mona Sahlin argumenta que es necesario que los líderes religiosos musulmanes del país se pronuncien y actuén más, pues "Los jóvenes que van en camino a radicalizarse escuchan a sus ejemplos religiosos, no a una vieja como yo". Por su parte, los líderes religiosos dicen que las mezquitas ya están haciendo bastante y que el problema puede tener su raíz en la marginación y la desigualdad.
Muchos de los yihadistas son jóvenes comunes y corrientes, que de la noche a la mañana desaparecen, sin antes haber mostrado abiertamente su radicalismo. No obstante, también hay personas con un pasado criminal. Los medios sociales, como Facebook y Youtube, juegan un papel importante en el proceso de reclutamiento.
Fuente: DN.
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