En realidad, muchos de estos animales son comestibles, y puede parecer extraño que anden sin miedo tan cerca del mayor depredador del planeta, que es el ser humano. Pero en Suecia a nadie se le ocurriría atrapar a alguno de estos vecinos para comérselo. Por una parte, la fauna silvestre de la ciudad está contaminada por la polución, y por otra parte, la ley protege a estos animales. Otra razón de peso es, por supuesto, que nadie tiene la necesidad. No creo que en un país donde haya hambre pueda haber tanto pato y venado merodeando.
Entre las aves más comunes están las palomas, las urracas, diferentes tipos de cuervos y las blancas y bulliciosas gaviotas; pero también hay gavilanes y buhos, pues en esta ciudad tienen más que suficiente dónde cazar. Una vez, como a cinco metros de distancia, vi cómo un gavilán atrapaba una paloma, y la semana pasada fui testigo del furibundo ataque a picotazos que un grupo de cuervos y un par de inmesas gaviotas le estaban propinando a una pobre rata. Agrego que ambos agredidos, paloma y rata, lograron escapar.
Algo de estadística: en la comuna de Estocolmo ocurren al año unos 2,000 accidentes de tránsito ocasionados por venados, y en la ciudad hay 42,000 palomas (que producen 500 toneladas de excremento al año) y 2 millones y medio de ratas.
Fuente: DN.
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