domingo, 12 de abril de 2015

Libros autopublicados llueven sobre la Biblioteca Real

Suecia es un país donde se lee, se escribe y se publica mucho. Los niños empiezan a leer desde temprano y la mayoría va a la escuela por lo menos doce años, así es que no es para nada sorprendente que mucha gente escriba y que bastantes personas quieran publicar sus textos. Las editoriales reciben a diario una gran cantidad de manuscritos, de los cuales relativamente pocos se publican. (Hay que decir "relativamente", porque la cantidad de publicaciones en Suecia en proporción a la población es enorme: 22,000 libros al año, para una población de 9 millones de habitantes).

Por ley, un ejemplar obligatorio de todas las publicaciones impresas, ya sean periódicos o libros, debe estar en el archivo de la Biblioteca Real. Esta ley data del año 1661, pero algunos detalles han cambiado con el tiempo. La Biblioteca Real cuenta actualmente con 150 kilómetros de anaqueles llenos, donde guarda todos esos libros que han sido enviados por los editores, las donaciones y las adquisiones que ha hecho la misma biblioteca. El tesoro cultural del que estamos hablando está guardado en varios pisos a 40 metros bajo tierra.

Es interesante que a pesar de que la venta de libros ha disminuido en Suecia y que el libro digital anunciaba la "desaparición" del libro físico, la lluvia de ejemplares obligatorios ha arreciado sobre la Biblioteca Real. El fenómeno se debe a la autopublicación, que genera unos 2,500 títulos al año. Entre los géneros más comunes en estos libros autopublicados están la poesía, la autobiografía y la historia local. Cabe recordar al respecto que Suecia es un país multicultural, con gente de todo el mundo, por lo que muchas de las publicaciones no están escritas en sueco. Pero el personal de la Bibliotea Real está preparado, pues domina más de 30 idiomas y además tiene el apoyo de consultores de idiomas.

La cantidad de libros que llegan a la Biblioteca Real crece a un ritmo de poco más de un kilómetro de anaqueles por año. Por supuesto, esto implica bastante trabajo para el personal, porque todos los libros deben estar debidamente catalogados y ordenados, para que puedan ser encontrados si alguien algún día quisiera sacarlos del almacén.  La pregunta es hasta cuándo las estanterías de la Biblioteca Real podrán seguir recibiendo libros. Por el momento, no hay motivo de pánico, ya que hay un lugar garantizado para todas las publicaciones hasta el año 2050.

Fuentes: DN, Kungliga biblioteket.

 

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