Como probablemente sucede en muchos países del mundo, en Suecia existe cierta rivalidad entre las dos ciudades más grandes. En la costa este se encuentra Estocolmo, la capital, con una población que ronda el millón y medio de habitantes, y en la costa oeste está Gotemburgo, el puerto más importante del país, con poco más de medio millón. Yo he vivido muchos años en Estocolmo. De hecho, es la ciudad donde he pasado la mayor parte de mi vida, por lo que la conozco muy bien. Pero desde hace aproximadamente dos años he estado trabajando y viviendo en Gotemburgo. Aunque aún no me siento un experto conocedor de esta última ciudad, puedo dar ya una opinión general sobre ella basada en mi experiencia. Muchos me han preguntado cuál de estas ciudades es mejor. No hay una respuesta definitiva, pero aquí está mi opinión sobre algunos aspectos que pueden ser interesantes:
Los paisajes
Aunque de ahora en adelante algunos gotemburgueses me odien, debo decir, en honor a la verdad, que Estocolmo es más bonita. La capital es un archipiélago y los barrios del centro están situados directamente en islas. Por eso, uno puede encontrar muchos caminos a la orilla del agua, atravesando puentes y rodeando islas. Gotemburgo también está al lado del mar, pero no tiene la misma cantidad de paisajes que brinda esa bella combinación de agua, mar y tierra que es el sello de Estocolmo. En lo que se refiere a parques, las dos ciudades tienen varios y muy bonitos. El parque Slottsskogen, de Gotemburgo, me parece un poco especial, pues tiene un zoológico al aire libre que es completamente gratuito.
Las calles
Hay calles bonitas y elegantes en las dos ciudades. Si deseamos ver callejones llenos de historia, los más interesantes están en la Ciudad Vieja de Estocolmo, un barrio medieval, que no tiene parangón en Gotemburgo. Asimismo, la peatonal Drottninggatan es clásica, sobre todo para ver gente y sentir el pulso de la ciudad. Pero si vamos a hablar de una calle ancha, a la vez moderna y tranquila, para caminar, gana la famosa Avenida de Gotemburgo. Recorrer esta calle por la mañana, cuando acaba de salir el sol, alegra a cualquier persona. Los tranvías pasan sin demasiada prisa, la gente tampoco parece tener prisa y no se siente la contaminación que hay en Estocolmo. Además, en Gotemburgo las calles están más limpias.
El transporte
El transporte es moderno y efectivo en ambas ciudades, como en todo Suecia. Las diferencias están más bien en los precios y las formas de pago. Un problema en Estocolmo es que muchos pasajeros no pagan en el metro. Sus razones tendrán. Pero una consecuencia negativa es que la empresa le sube el precio al pasaje. Entonces, los que pagan el pasaje, pagan también el pato. En los autobuses hay que marcar la tarjeta al entrar, por lo que es más difícil viajar gratis. En Gotemburgo esto funciona de una manera diferente. Aquí te subes al autobús o al tranvía y es cosa tuya sin marcas o no tu tarjeta. De vez en cuando, hay controladores, y te pueden poner una multa. Pero en dos años, solo he tenido que mostrar mi tarjeta en tres ocasiones. Los controladores traen gorras blancas, para que puedas verlos de lejos y tengas oportunidad de salir corriendo, si eso te parece lo más indicado. Ignoro si el negocio es rentable. En todo caso, es un sistema muy interesante.
Los restaurantes
En las dos ciudades hay muchos restaurantes, para "todos" los bolsillos. Es fácil encontrar hamburguesas, comida asiática, restaurantes italianos, tapas, pizza, kebab, etc. Y si alguien está interesado en comida sueca, puede buscar un lugar donde tengan el "plato del día" o quizá algún comedor escolar. Por mi parte, siempre ando buscando restaurantes vegetarianos, así es que la misión se vuelve un poco más especial. Por suerte, en ambas ciudades hay dos o tres lugares donde se pueden comer buenos platos vegetarianos. Los clásicos son Govinda, en Estocolmo, y Andrum, en Gotemburgo. Una cosa buena que hay en Gotemburgo, y no en Estocolmo, son los lugares donde exclusivamente venden sopa.
La gente
Con respecto a la gente, es curioso que a muchos estocolmenses les gusta decir que Gotemburgo es más agradable, o que los gotemburgueses son más alegres o amigables, mientras que en Gotemburgo no se acostumbra elogiar a la capital. Al contrario, algunos dicen que ahí la gente solo mira para el suelo y no sonríe, o bien que hay demasiado estrés. Yo no puedo decir lo mismo. Según mi experiencia, tanto en Estocolmo como en Gotemburgo, hay personas que no sonríen y otras que sí sonríen, personas estresadas y no estresadas, personas amigables y no amigables, personas malas y buenas... En fin, la gente es más o menos igual en Estocolmo y en Gotemburgo. Lo que varía son los paisajes, las calles, el transporte y los restaurantes.